viernes, 29 de abril de 2011

Condena ejemplar para un colegio por permitir un acoso continuado

La sentencia obliga al centro a pagar 40.000 euros, la cifra más alta, a la víctima

VICTORIA TORRES BENAYAS - Madrid - 07/04/2011
Le llamaban "inútil", "maricón", "hijo de puta", le pinchaban con lapiceros, le robaban, le perseguían por el patio en el recreo y, si paraba de correr, le pegaban en un rincón entre todos, prohibían a los demás niños relacionarse con él, le amenazaban de muerte... Este infierno lo vivió un niño en su colegio y a diario desde los siete a los 10 años.
El padre de un agresor testificó que el colegio nunca le informó
Sus padres, que para proteger al menor no quieren que se conozcan sus nombres, pensaron al principio que eran incidentes aislados, pero cuando les preguntó qué es "dejar en coma a alguien", como le prometían que harían con él, se dieron cuenta de que lo que estaba pasando era grave. Acudieron una y otra vez al centro escolar, el colegio religioso concertado Amor de Dios de Alcorcón (Madrid), mantuvieron reuniones con profesores, tutores, la directora y la psicóloga, sin lograr que nadie protegiera a su hijo del calvario al que le sometían. Ayer, un juzgado dictó una sentencia ejemplar y condenó al centro a pagar 40.000 euros por esa pasividad.
El colegio nunca accedió a sancionar a los acosadores ni a cambiarlos de clase, como pedían los padres. Les despachaba diciendo que se lo inventaba, que eran incidentes comunes en una clase de Primaria o que no tenía constancia de ellos. Los padres acudieron a Inspección Educativa y al centro municipal de atención a las víctimas y finalmente la administración decidió, de forma urgente y a mitad de curso, cambiarlo de centro en febrero de 2010. Los padres, que no querían "un resarcimiento económico sino moral", según explica su abogado, Pedro González, demandaron al colegio. Ahora, el Juzgado 44 de Primera Instancia de Madrid les ha dado la razón. En su sentencia, considera probado que sufrió acoso escolar por parte de un grupo de compañeros de forma "continuada, colectiva y reiterada en el tiempo" ante la cual el centro incurrió en una "absoluta dejación de funciones dejando indefenso al niño".
Es la indemnización más cuantiosa por daños y perjuicios impuesta a un colegio en España por bullying. La anterior más alta la dictó en 2009 la Audiencia Provincial de Madrid -30.000 euros al Colegio Suizo de Alcobendas-. Previamente, los padres de los siete acosadores de Jokin fueron condenados a indemnizar con 10.000 euros cada uno a la familia del niño de 14 años que se quitó la vida, pero el colegio de Hondarribia (Guipúzcoa) fue absuelto.
Con todo, tal y como recoge el fallo, los progenitores podían haber pedido 120.000 euros según la baremación para estos casos, pero en su demanda, que el juzgado estima íntegramente, reclamaron un tercio. Según el abogado de la familia, lo interesante del caso es que se admitieron como prueba las grabaciones de las reuniones que mantuvieron los padres con el centro y que testificó el padre de uno de los acosadores, un "héroe" que tildó a su hijo y sus cómplices de "terror del patio" y que reprochó al colegio haberse enterado de lo que ocurría por la madre de la víctima, gracias a la cual pudo corregir la conducta de su hijo.
La sentencia no es firme y el colegio ha presentado recurso, según precisa José Luis García Olaskoaga, miembro del órgano que dirige los 23 centros de la congregación en España, porque considera que "no ha habido inacción", que no se detectó ningún acoso y que el fallo "se basa en hechos testificales no acordes con la realidad". Iñaki Piñuel, el psicólogo especialista en violencia escolar que le diagnosticó, explica que sufre "estrés postraumático cronificado", un "daño psicológico extremo" que, si no se trata, puede durar de por vida. Ahora, se recupera de esta "herida invisible" que le provocó, entre muchos otros daños, miedo constante, falta de apetito e insomnio, y cada día está más cerca de "recuperar la sonrisa".

Denuncian a dos inspectores de Educación por supuesta revelación de datos familiares

Los funcionarios pusieron en duda las capacidades del padre de un niño víctima de 'bullying' ante sus superiores de la Guardia Civil

El padre de un niño supuesta víctima de 'bullying' (acoso escolar) en el instituto Tomás Mingot de Logroño que nunca ha reconocido la Consejería de Educación, ha presentado una denuncia contra el inspector jefe y contra otra inspectora educativa por un presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos. Según la demanda, los funcionarios, tras hacer caso omiso de la situación escolar del menor así como de los informes psicológicos externos aportados por los progenitores (incluso partes de urgencias), se pusieron en contacto con los superiores del padre para conocer el destino y la unidad en la que desempeñaba su labor como guardia civil.
Los inspectores mantuvieron una reunión personal con uno de los jefes del denunciante en la que, según detalla la demanda, «revelaron la situación en que se encontraba su hijo» e informaron a su superior de que la comunidad educativa negaba la existencia del acoso y que, como el padre no estaba de acuerdo con dicha negativa, «se sentían amenazados e intimidados dada su calidad de guardia civil, por el hecho de que trabajase con un arma y ante el temor de que pudiera usarla en el centro escolar». Los jefes del padre del chico, alertados por los temores de los inspectores, pusieron en marcha el protocolo habitual en estos casos, consistente en un examen psicológico del agente de la Guardia Civil, prueba que superó hasta quedar demostrado que «el denunciante no padece ningún tipo de trastorno agresivo que le impida ejercer sus funciones como consecuencia de los problemas que desafortunadamente sufre toda la familia a raíz de la situación del menor», detalla la denuncia.
Así las cosas, el padre del niño considera que la actuación de los inspectores, además de cuestionar su profesionalidad como miembro de la Guardia Civil, «ha aireado de mala manera la vida familiar en su ambiente profesional obligándole a dar explicaciones dentro de su círculo profesional». En este sentido, la demanda argumenta que «los inspectores, fuera de los casos permitidos por la ley, accedieron a los datos del menor para conocer la profesión del denunciante con el fin de acudir a su centro de trabajo y revelar información confidencial sobre la situación padecida por el alumno en el centro escolar». «Los hechos cometidos por los denunciados -continúa- han causado un grave perjuicio a la intimidad personal y a la propia imagen del denunciante, a su hijo menor y al resto de su familia, que ha visto cómo se ha difundido sin su consentimiento información relativa a su familia, poniéndose además en entredicho la capacidad del denunciante para ejercer su profesión, y todo ello por personas que, además de ser absolutamente ajenas tanto al círculo profesional como profesional del denunciante, han de guardar el correspondiente deber de sigilo con respecto a los datos personales y familiares que conozcan en el ejercicio de sus funciones». Por todo lo expuesto, la demanda considera que tales hechos «pudieran ser constitutivos de un delito de descubrimiento y revelación de secretos previsto en el artículo 198 del Código Penal».
La Consejería de Educación, a petición de este diario, eludió hacer declaraciones sobre el tema.

Denuncian otro caso de 'bullying' en el Colegio Suizo

MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
   Los padres de un alumno del Colegio Suizo de Alcobendas han presentado una denuncia ante la Policía en la que relatan las presuntas agresiones físicas y psicológicas sufridas por su hijo desde hace cuatro años, sin que el centro haya adoptado ninguna medida para evitar esta situación, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
   La familia de este menor baraja la posibilidad de demandar al Colegio por denegación del auxilio del chico, puesto que desde hace dos años estaban al corriente de los hechos. Así lo ha adelantado a Europa Press Fernando Sacristán, quien llevó otro caso de acoso escolar.
   El Colegio Suizo ya fue condenado en 2009 a pagar una indemnización de 30.000 euros y las costas del primer juicio a la familia de un niño que denunció el acoso escolar que sufría éste en el centro desde 2006.
   En este caso, y según denuncian los afectados, el menor lleva sufriendo diversas vejaciones desde hace cuatro años. En un primer momento, sufrió exclusión social por parte de sus compañeros, quienes le negaban participar en los juegos de los recreos. Tras ello, pasaron a degradarle con insultos y prosiguieron las agresiones físicas.
   Según Sacristán, el chaval sufrió hace dos años una agresión que le llevó al hospital por recibir un golpe en la zona lumbar. A raíz de este hecho, los padres alertaron al director del Colegio de la situación, sin que la Dirección tomara ninguna medida para impedir que los hechos se produjeran.
   "Se mandaron hasta 60 correos al director y no huno respuesta", ha aseverado Sacristán, quien ha relatado que incluso el Colegio recomendó al pequeño que no fuera a la 'Semana del Esquí' en Suiza con sus compañeros para evitar posibles agresiones.
   Los hechos se denunciaron el pasado 11 de febrero ante la Comisaría de Policía y ante el Defensor del Menor, que abrió un expediente para esclarecer el caso. Días más tarde se amplió la denuncia contra una profesora que al parecer propinó una bofetada al niño.
CONDENA AL COLEGIO SUIZO
   En 2009, la Audiencia de Madrid condenó al Colegio Suizo a pagar una indemnización de 30.000 euros y las costas del primer juicio a la familia del menor que denunció el acoso escolar que sufría su hijo en este centro de Alcobendas en el años 2006,.
   Los padres del menor denunciaron en 2006 la situación de acoso escolar que estaba sufriendo su hijo, alumno entonces del Colegio Suizo de Madrid. Con la denuncia, los padres presentaron una grabación que demostraba el acoso al que estaba siendo sometido su hijo por parte de algunos de sus compañeros.
   El caso de este joven pasó primero por el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcobendas, cuya titular, Carolina García, determinó que los golpes sufridos por el alumno durante dos años por parte de sus compañeros no constituían acoso escolar.
   Este caso salió a la luz después de que los padres del menor denunciaran en octubre de 2006 que su hijo, entonces de 10 años, había sido objeto de diversas vejaciones por parte de sus propios compañeros de clase. Uno de estos episodios tuvo lugar el 26 junio de 2006, cuando al joven le grabaron durante el recreo en el momento en el propinaban con la mano y con un estuche blando hasta 21 golpes en la cabeza, la nuca, las piernas y la espalda.

Bullying

Tanto la familia como la escuela pueden establecer reglas para evitar el acoso escolar

¿Se puede proteger a tu hijo a que no se convierta en un acosador ni en un acosado? Pues claro que sí. Por lo menos existen algunas pautas que pueden ayudar tanto a la familia como a los educadores y a la sociedad de un modo general, a prevenir este fenómeno. Luchar contra el bullying es una responsabilidad de todos. Cada parte implicada debe cumplir su papel:

La familia

Educar es una tarea muy difícil ya que los padres ni las madres son expertos en pedagogía o han nacido ya preparados para educar a sus hijos. Pero la familia se construye y su estado es considerado esencial para la socialización de los niños, a través de la transmisión de valores, normas, comportamientos, etc. La familia es la que tiene que establecer lo que es reprobable y lo que es aceptable, en casa y en la relaciones sociales. Según los expertos en acoso escolar, la ausencia de reglas, la falta de supervisión y de control razonables de la conducta de los hijos fuera del colegio, de lo que hacen y con quién van, una disciplina demasiado dura, la falta de comunicación y la ocurrencia de tensiones y de peleas en la familia, pueden llevar a que los hijos adquieran conductas agresivas.

Qué puede hacer la familia

Existen cursos y reuniones de escuela de padres y madres que pueden orientar a los progenitores acerca de lo que puede hacer para mantener alejados a sus hijos del bullying. Se basan, normalmente, en reglas básicas como:
1- preocuparse por sus hijos, hablando con ellos. Crean un canal de diálogo con ellos. Eviten los monólogos. Se aprende y se conoce mejor los hijos oyéndoles.
2- Estar pendiente de los posibles síntomas como nerviosismo, falta de apetito, insomnio, bajo rendimiento escolar, fobia escolar, etc.
3- Controlar y supervisar las conductas de sus hijos, observando qué hace, a dónde va, con quién juega, cuáles son sus intereses, proyectos, etc.
4- Determinar los límites y las normas. Exigir el cumplimiento de las elementales.
5- Educar para controlar las emociones, para comportarse con los demás, para convivir con otros.
6- observar los comportamientos, estados de ánimo, y los cambios en los hábitos de los niños.

La escuela

El tipo de disciplina que haya en el aula y en el centro es de fundamental importancia en la construcción de una buena conducta. La constante supervisión en las aulas y en el patio, así como en el comedor, también cuenta a la hora de detectar si está o no ocurriendo algún acoso escolar. Profesores y cuidadores deben estar presentes, siempre.

Que deben hacer las escuelas

En un principio, no cerrar los ojos a la realidad. Establecer reglas para evitar el bullying, mantener un buzón de sugerencias y de quejas siempre abierto, tratar el tema a través de cursos, conferencias o tutorías, poner a cuidadores o vigilantes en el comedor, en el recreo, y en otras zonas de riesgo, introducir y mantener asignaturas de educación en valores, e intervenir de una forma rápida, directa y contundente en el caso de haya alguna sospecha de acoso escolar. En complicidad con el centro escolar, los profesores deben colaborar en la identificación de algún caso, o simplemente estableciendo con sus alumnos unas normas de no agresión.

Qué pueden hacer las instituciones y los medios de comunicación

Crear y mantener un teléfono público para los niños es una forma de abrir una puerta a sus posibles conflictos. Las campañas anuales de sensibilización también pueden funcionar para prevenir el acoso escolar. En cuanto a los medios de comunicación sería interesante y muy viable que controlasen más los contenidos que emiten o publican.
La sociedad en general debe prevenir y atajar posibles brotes de acoso. Es necesario estar atento y no dejar pasar nada o pensar que todo es normal o se trata de una broma. Cuando un niño se burla, amenaza o pega a otro niño, se debe intervenir para que eso no se repita. Cuando en el patio del colegio alguien se burla del aspecto de otra persona, hay que reprenderle. Lo malo se corta por la raíz.